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martes, 6 de agosto de 2013

Nowhere to go

-Tienes prohibido tan siquiera hacer un sonido...-Detras de ella podia oir los pasos firmes de Amelia quien no dejaba de pasearse por la habitacion, la cual cabe destacar a cada segundo se sentia mas y mas calurosa, claro, con unas 20 velas encendidas hasta la tundra se sentiria caliente. Jane se encontraba de rodillas, con una tira de seda negra sobre los ojos y sus labios temblorosos los cuales querian dejar salir mas de una queja, sus cabellos rubios caian inertes sobre su pecho desnudo (bueno, todo su cuerpo se encontraba desnudo).

Jane y Amelia se conocieron en un bar y salieron por un par de meses antes de tomar la desicion de formalizar una relacion de novias, pero Jane siempre sintio que Amelia le ocultaba algo, sentia entre las dos una inmensa distancia que comenzaba a molestarle ya que su novia no le habia permitido en ningun momento ir a su departamento, ni mucho menos conocer a sus amistades, por lo tanto la rubia un dia decidio acorrolara y darle un ultimatum...Amelia lo confeso todo: Detras de la faceta de la chica divertida de bar, se encontraba una Domina discreta que trataba con todas sus fuerzas de resistirse a su naturaleza dominante y sadica con ella, pero que aun asi moria por poder compartir su mundo con Jane.

Jane se aterrorizo al principio, pero aun asi le prometio no cerrar su mente, y por cuenta propia empezo a buscar informacion en linea...eso no ayudo mucho, cada practica le asustaba mas que la anterior y para antes que volviese a encontrarse con Amelia, ya esta se la imaginaba como una mujer con cuernos y latigo con pinchos que desgarraban la piel de pobres mujeres a las cuales secuestraba en a noche (si, Jane tiende a ser un poco exagerada y muy sugestionable).

Luego de una incomoda conversacion, Amelia logro aligerar el peso sobre los hombros de Jane, entre risas explicandole lo muy equivocada que se encontraba al pensar que el mundo del BDSM era tan extremadamente sangriento, y le mostro algunos lugares en linea un poco mas confiables, con practicas mas ligeras y menos dañinas y asi fue que Jane decidio darle una oportunidad a ese mundo de tratar de enamorarla, de la misma forma en que Amelia la enamoraba cada vez que le sonreia.

Con los ojos cerrados, Jane podia imaginarse a su novia, tan sexy como el dia en que la conocio: con sus largos cabellos negros cayendo unicamente sobre el hombro derecho, sus largas piernas (las cuales podia sentir en ese momento rozando su espalda) medio descubiertas ya que el vestido que habia elegido para esa noche dejaba ver completamente su pierna izquierda, y ahora que Amelia se inclinaba un poco sobre ella y le depositaba un beso en su nuca, a su mente llego la imagen de esos labios tan apetecibles, tintados de rojo sobre una linea de perfectos dientes blancos (Amelia es odontologa, por lo tant para ella no hay cosa mas importante que mantener sus dientes limpios y blancos, lo cual ha sido una larga lucha para ella obligar a Jane a dejar su vicio por el cafe y los cigarros, para luego poder hacerle una profunda limpieza y blanqueamiento).

Pero algo pasaba por la mente de Jane, lo cual Amelia ignoraba por completo ya que se encontraba totalmente sumida en su felicidad, no pudiendo creer que su novia le permitiera tomar asi el control; Jane se sentia ignorada, se sentia humillada y se sentia totalmente desvalorizada, y sin darse cuenta lagrimas silenciosas corrian por sus mejillas, mientras trataba con todas su fuerzas de no hacer ni un poco de ruido.

-Garbanzos! -Dejo salir su voz quebrada para luego romper en llanto amaergo, dejando a Amelia estatica y clavada en el lugar donde se encontraba, mirando a su novia desconsolada en el suelo y pensando mentalmente que habia hecho mal. Cuando logro recobrar la compostura, se acerco y dejando el latigo de lado se arrodillo junto a Jane, abrazandola de forma protectora y secando sus lagrimas.

-Mi cielo, ¿que ocurre? -pregunto suavemente mientras le retiraba la seda negra y apartaba su cabello de la cara enrojecida de su novia.

-¡Pense que me amabas! -grito Jane al tiempo que se termino de desplomar, llevandose las manos a la cara y llorando con fuerza.

-Y lo hago, ¿porque lo dudas? - Amelia sintio con esa afirmacion un gran dolor entre las dos.

-¿Como puedes hacerle esto a quien amas? ¿Como le torturas asi y poder decirlo? ¡¿Acaso no te importo?! -Jane le miro desafiante, sujetando a Amelia de sus hombros y apretandoselos.

En ese momento fue muy claro para las dos: sus mundos eran muy distintos y estaban muy separados, Jane con una mirada llena de rabia, Amelia bajo la suya llena de tristeza, tomando a Jane de las manos la separo de si misma y se levanto, tratando de mantenerse firme se giro sobre sus talones y se dirigio hacia la salida.

-Porque me importas es que lo hago...-Encendio la luz del cuarto y salio del mismo, no sin antes girarse un poco y mirarla con profundo dolor- Tu ropa se encuentra en el closet. Nos veremos abajo, te llevare a casa.

Para esa relacion, esa fue una herida que corria fatalmente.


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