Veronica es una chica como ninguna otra que pudieras
conocer, Tiene un algo que te acercaba y al mismo tiempo te alejaba , muchos
dicen que es su actitud soberbia y orgullosa, esa actitud que te aplasta con
tan solo cruzar una mirada con ella (Claro, una hermosa cirujana sexualmente
atractiva y con cantidades de dinero para derrochar puede llegar a ser muy
imponente) y sin embargo algo en ella también atraía demasiado, dentro de su
misma actitud creída, antipática y hasta desvergonzada, ella siempre buscaba
victimas para seducir y poder sacar provecho de ellas….Otros dicen que lo que
atrae de ella son sus preferencias.
Veronica tenía un secreto no tan secreto: frecuentaba clubes
donde las practicas BDSM eran la ley y todos sabían de antemano que para ella
tener la mente cerrada era un desperdicio; si, Veronica amaba el sexo tanto
como amaba estar dentro de un quirófano,
en ambas situaciones ella se sentía poderosa, se sentía una Diosa, ella
controlaba la situación…Veronica era una maniática del control, y sin embargo,
una excelente sumisa.
Aquella noche Veronica se paseaba por el interior del club
“Clandestino” cuando sus ojos se posaron sobre una potencial víctima, de la
cual no pudo apartar su mirada por largo rato, lamiendo sus labios se dedicó a
detallarla: Hermosos cabellos negros, lisos que caían por sus hombros como
lluvia de aceite negro, un cuerpo tan dedicado que podía fácilmente pensar que
era atleta y unos preciosos dientes blancos detrás de los labios gruesos y
femeninos…pero la mirada castaña de la pelinegra estaba demasiado llena de
tristeza, de inseguridades, incluso bajo aquellas capas de cuero de su ropa, a
pesar de las cadenas en sus manos y del sumiso sollozante a sus pies…Aquella
Domina parecía derrotada y demasiado insegura.
En aquella noche Veronica conoció a Amelia, una mujer cuya
novia había dejado a medio destruir entre sueños de amor y secretos de
medianoche, y en medio del club, ambas oyendo “Nemo” se dejaron llevar por los
instintos que urgían salir, rasgando sus pieles y encendiendo sus cuerpos,
cayeron bajo el trance de una pasión descontrolada, y acabaron en el
departamento de Amelia.
Veronica siempre obtiene lo que quiere, incluso siendo
sumisa, te enreda en sus encantos y caes perdida ante ellos, una Diosa disfrazada de cordero, y ahora estaba
acostada bajo las sabanas purpuras de la Domina, ambas desnudas rozaban sus
cuerpos, mientras Amelia amordazaba a Veronica, y arañaba su cuerpo….No paso
mucho antes que las dos se encontraran agotadas físicamente, mirando al techo,
una de ellas con la mente muy despejada y en paz, la otra con un cumulo de
pensamientos y sentimientos que le hacían casi imposible respirar.
“Knock! Knock!” –Se escucharon dos golpes secos a la puerta,
y Amelia se contentó de tener una excusa para dejar la cama; colocándose una
bata de seda negra sobre el cuerpo desnudo se aproximó a la puerta y la abrió perezosamente. Jamás, es decir
¡JAMAS! Se hubiese podido imaginar estar en una situación peor que aquella:
Jane, el amor de su vida se encontraba ahí, parada frente a ella con un ramo de
hermosos lirios en su mano, una botella de vino blanco en la otra, y en su
rostro un hermosos sonrojo junto a una mirada de tristeza.
-Amy….-dijo Jane con un hilo de voz regalándole una sonrisa
triste- L-lo siento mucho….por haberme desaparecido estas tres semanas….
-J-jane…p-pensé que…no querrías volverme a ver…-Tartamudeo
Amelia, sudando frio en esos momentos y sin saber cómo reaccionar al ver a Jane
negar con la cabeza, haciendo que sus hermosos cabellos dorados se menearan
suavemente, casi arrancándole un suspiro a Amelia-
-Amy, te amo demasiado…no podía dejarte ir asi…-Jane rio muy
bajito y le enseño a Amelia la botella
de vino en su mano- Flores y vino, quizás fui muy cursi, pero no sabia como
pedir perdón…
-E-es perfect….
-Amelia, cariño, ¿Quién es que te roba tanto tiempo?...-Detrás
de Amelia apareció Veronica, tan descarada como es, desnuda como llego al
mundo, y a sabiendas de lo que ocurría (había escuchado todo desde un rincón cercano)
se abrazó a Amelia de su cintura.
La botella cayó al suelo rompiéndose en mil pedazos y el líquido
se desparramo sobre los pies de Amelia y los converse de Jane; Amelia
aterrorizada miro a Jane, la cual miraba al suelo mientras sus hombros
temblaban y esta se mordia el labio hasta casi hacerlo sangrar.
-Jane, Yo…!
-Lamento haber interrumpido…-escupió las palabras levantando
por fin su mirada llena de veneno y posándola sobre Amelia.
-Jane, en serio, déjame explicarte…-susurro Amelia,
resignada-
-Cuidese mucho, Dra. Jones…-dicho esto se giro para irse,
pero en un movimiento brusco se regreso, Amelia esperanzada pensó que quizás se
regresaría para oir sus explicaciones, pero en cambio recibió de lleno en la
cara el ramo de lirios, arrojado hacia ella con ira.
-Uhm…algo intensa la niña…¿no?...-dijo sarcásticamente Veronica,
a espaldas de Amelia.
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