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sábado, 19 de octubre de 2013

La dignidad y el amor

Hay quienes dicen que los suspiros son los pequeños respiros que libera un alma ahogada en tristezas. Hay otros que solo lo ven como una forma de liberar la tensión, pero sin importar cual fuera la razón, en aquel momento Jane suspiraba cada tanto, nerviosa, triste, desesperada; sentada en un café muy corriente de la ciudad esperaba que Amelia le llamara, casi sin pensar en nada, su cabeza se sentía demasiado pesada en esos momentos.

Ya iba por su tercer café, con el estómago vacío, con la cabeza desordenada y un sentimiento de opresión en el pecho, no pudo ni siquiera notar en que momento sus lágrimas habían empezado a correr por su rostro, silenciosas e inadvertidas; se abrazó a si misma con la intención de sentirse un poco protegida, y entonces su celular comenzó a sonar: Era Maddison, por lo cual rechazo la llamada sin remordimiento, lo que no espero es que luego de ello otra llamada entrante llego, esta vez era el celular de Amelia.

-¡Amy!...-Jane contesto eufórica, sin poder evitar que una sonrisa se formara en su rostro.

-Entonces si estas evitando mis llamadas…-susurro la voz de Maddison. Jane tuvo que verificar, incrédula que efectivamente su ex novia le estaba llamando desde el número celular de Amelia- ..Quizás deberías venir a la casa de campo.

-¡Frena tus caballos ahí!... ¿Qué carajos haces con el celular de Amelia? … -Jane se paró de golpe, colgándose la cartera del hombro y tirando sobre ella un par de billetes, pudiendo oír como tras el auricular su ex nova suspiraba frustrado.  Pero otra voz al fondo le erizo desde los pies hasta la cabeza.

-¿Hola? Estas usando mi celular, bien podrías decirme que te está diciendo. – Aquella era la voz de Amelia, y no con cualquier tono de voz, ese era el tono que usaba cuando estaba realmente harta o molesta. Seguramente se encontraría pronto una escena del crimen si no se apresuraba.

-Jay-Jay…apresúrate por favor…-Maddison colgó la llamada con una sonrisa triste en su rostro, realmente le dolía haber perdido a la chica de la que se había enamorado, le dolía ver cómo era lastimada por una mujer que no la merecía y que aun así, la única forma de que Jane le contestara, fue a través del celular de esa “basura”

Jane corrió lo más que pudo a su motocicleta e incluso, ignorando el casco de seguridad se montó con premura y arranco como alma que lleva el demonio, lo último que quería  en la tierra era tener a esas dos mujeres juntas, aunque pocos lo sabían Maddison no era ninguna debilucha, se había criado en un ambiente familiar lleno de hermanos y primos en una granja.

Llegando a la entrada de la casa de campo de Maddison pudo ver con facilidad la parte trasera de la camioneta de Amelia…”oh, rayos…..Si está aquí…” pensó arrojándose de la motocicleta al suelo sin siquiera preocuparse de poner el paral de la misma y corriendo a la casa con mucha dificultad, el piso estaba barroso y muy resbaladizo, pero no importo porque se las arregló para llegar a la puerta de la casa, la cual se encontraba abierta, le estaban esperando.

Jane entro en la casa, para sentir como su alma se caía al suelo con la escena que le esperaba ahí adentro: Maddison estaba recostada a la pared con los brazos cruzados, tenía un moretón en la frente y estaba cubierta de tierra de pies a cabeza y Amelia…parecía haberse llevado la peor parte de la paliza: su labio estaba hinchado y con un rastro de sangre seca que al parecer había escurrido desde su mentón hasta el cuello, igualmente cubierta de tierra. Jane camino adentro con mucho cuidado, atrayendo las miradas de las dos sobre sí misma.

-¡MADDISSON! –Grito dando fuertes zancadas hacia su ex novia- ¡¿Qué demonios le has hecho a Amelia?!

-¿Yo?...-Maddison le miro indignada y descruzo los brazos para señalar a Amelia con mucha rabia- Antes de sacar conclusiones, ¿Por qué no le preguntas a la idiota de tu novia que paso? –Jane miro en dirección a Amelia quien estaba roja de pies a cabeza y mirando a otro lado, avergonzada.

“-¡Tu! -Grito Amelia. Aquella no sería una tarde placentera. Maddison camino con total tranquilidad y seguridad para enfrentarse con aquella mujer hecha una furia quien parecía tener intenciones asesinas contra su persona; justo en el momento en que llegaban cara a cara con apenas una separación mínima, Amelia piso con total descuido el piso barroso y se resbalo torpemente, sujetándose del cuello de la camisa de Maddison y halándola contra el suelo, el resultado fue desastroso: Maddison termino por caer encima de Amelia golpeando su frente con la boca de su rival y ambas revolcándose en el mar de tierra mojada”

Jane reía a carcajadas, golpeando con la mano el sofá donde Amelia estaba sentada, con la mirada oculta bajo su cabello negro y muerta de la vergüenza, a Jane quizás todo aquello le parecía hilarante, pero ella sí que había hecho el ridículo en frente de quien ahora estaba tratando de conquistar a la chica de la que estaba enamorada, cabe destacar, que ahora se reía de su infortunio.
Jane por fin pudo controlar la risa y miro con lágrimas en los ojos a Amelia, a sus espaldas Maddison estaba muy concentrada jugando con los pedazos de leña crepitante de su chimenea, la situación era incomoda ahora, y cada una tenía sus propios pensamientos; sin esperar que nadie comenzara a hablar, Jane tomo el bolso de Amelia y lo colgó sobre su hombro, ofreciéndole luego la mano a la pelinegra.

-Maddy, gracias por llamarme…-miro con una sonrisa a su ex novia-  Tu y yo hablaremos también, pero…no hoy, compréndelo por favor…-Maddison asintió, acercándose a ella y rodeándola con un abrazo fuerte y lleno de sentimientos.

-Estaré esperando por ti, Jane. –Al separarse Jane arrojo algo a Maddison, quien tuvo que hacer malabares para poder atraparlo: eran las llaves de su motocicleta

-Cuídala por mí, vendré por ella luego, es mi garantía de que hablaremos pronto. –Tomándole con firmeza la mano a Amelia se dirigió a la camioneta de la misma, subiendo por el asiento del piloto y buscando las llaves dentro del bolso de Amelia.  – Amy, tu cartera es un verdadero desastre…-comento como si nada encendiendo el motor, entre las dos había una atmosfera extraña y Amelia no lo hacía más fácil, tenía el ceño fruncido y los brazos cruzados por debajo de sus senos…se veía  demasiado enojada.

-¿Estas contenta?...-pregunto con veneno en su voz- He hecho el ridículo frente a esa mujer!...-por fin pareció haber reaccionado de su frialdad, extendiendo sus brazos y agitándolos.

-Bueno…si soy totalmente sincera, yo también hice el ridículo con aquella mujercita que llevaste a tu apartamento…-Esta vez fue Jane quien hablo con voz calmada pero cortante, sin despegar la mirada del camino, todo estaba ya oscuro y silencioso por la carretera. Amelia bajo la mirada triste y se calmó. Sin darse cuenta a donde la llevaba Jane permaneció en silencio, hasta que pudo ver la luz blanca de un aviso de hospital golpeándole de frente, Jane le había llevado a suturarle el labio.


Caminaron por el pasillo de emergencia, sin darse cuenta que en que momento, Jane habia tomado de la mano a Amelia, entrelazando sus dedos y mirándole por encima del hombro con una sonrisa difícil de analizar…

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