Esta semana se ha pasado demasiado lentamente, quizás es por el exceso de trabajo y estudios que Mi Señora y yo hemos tenido, ciertas preocupaciones económicas que poco a poco se han visto solventadas gracias al arduo trabajo de las dos por conseguir dinero en donde no lo hay, pero también la preocupación del evento que organizamos, son demasiadas cosas como para que esta semana hayamos tenido aunque sea un solo minuto para tener alguna sesión, hacer un poco de bondage, o cualquier cosa....No ha sido muy satisfactorio que se pueda decir, sin contar con el hecho que esta noche mi suegro se quedara en casa y yo tengo que dejar el lugar lo suficientemente decente.
Desde el bondage picnic he quedado con una sensación de querer mas y diferentes tipos de amarre sobre mi, pero no de cualquier persona, quiero que sea Mi Señora quien me los haga, he incluso pensado en practicar algo de auto bondage pero...no es lo mismo, no se puede sentir las manos de Mi Señora rozando mi piel, o la cuerda siendo tirada cuidadosamente para no lastimarme, tampoco podría sentirme igual de cómoda con un amarre especialmente pensado para mi....ciertamente el bondage es como un regalo que cada vez que se va a iniciar, Mi Señora primero lo imagina para mi y luego lo realiza.
La teoría del autobondage hay que tenerla en cuenta.
El autobondage (es decir, la práctica del bondage en solitario, en donde la persona pasiva y activa son la misma) es una práctica de alto riesgo, pese a ser muy popular en los Estados Unidos, y precisa de seguros y amplios conocimientos sobre sus técnicas, prevenciones y riesgos, siendo de todos modos desaconsejado por la mayor parte de las instituciones más afamadas del BDSM y del Bondage. Un importante porcentaje de todos los accidentes mortales que se dan en Estados Unidos relacionados con el autoerotismo, proviene de la comunidad de practicantes de ese tipo de bondage extremo.
Las personas que practican este también denominado, arte sexual suelen estar en todo momento muy pendientes de las necesidades y del placer de su compañero o compañera; no hay que olvidar que para muchos de sus practicantes se trata de un juego sexual, con roles de sumisión escenificados como parte del juego. Es cierto, sin embargo, que también existe un importante sector que lo practica de forma consensuadamente ritualizada, donde todos los elementos que se incorporan responden a implicaciones profundas y consensuadas entre las partes, sin rastro alguno de elemento de juego o escénico.
Se que es una entrada bastante corta, sin embargo me comprometo a subir otra cuando haya regresado de la facultad. Hoy solo tengo una única clase....Yay!
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