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domingo, 2 de junio de 2013

Mi hermoso mundo.

Si tuviese que elegir un día para pasar el resto de mi vida en ese instante, elegiría la noche del día de ayer para siempre, vivir como en ese instante para toda la vida.

No todo es color de rosa, desgraciadamente siempre hay manchas oscuras opacando el hermoso lienzo de un romance y de una relación de cuero, pero aun asi hay miles de colores brillantes que por desgracia pierdo de vista cuando siento que las emociones logran invadir por completo mi consciente.

Pero no puedo negar que mi corazón late con fuerza y pelea con todo su poderoso musculo para salir de mi pecho e instalarse seguro en las manos de Mi Señora, no puedo evitar sentir que me une un fuerte hilo a ella, y que cuanto mas me alejo, mas tiro de el para volver a Su lado.

Me gusta entregarme a Mi Señora, que ella me use para lo que guste, se siente extremadamente bien ser el objeto sexual (y muchas cosas mas) de alguien, que disfrute tocando tu cuerpo, que te permita tocar el suyo...experimentar con esa persona cosas que nunca habías hecho, me estoy volviendo adicta, a pesar de los nervios que me causa algunas de las cosas que quiero hacer, las ansias me carcomen por dentro...

Amarguras nos estaban separando, y contra las cuales aun debemos luchar, pero no puedo evitar cerrar los ojos y pensar de nuevo en lo pasado: la oscuridad alrededor, la luz caliente de las velas y el olor de la cera aromatizada, que parece inundando los sentidos hasta llegar a la parte mas profunda de tu cerebro, el cual reacciona ante ese olor humedeciendo el sexo....Traidor, jeje. 

Había una advertencia, una orden especifica que de no acatarse me acarrearía sanciones, y yo acumule 80...pero aun así, incluso habiéndome equivocado y ella sabiendo que hice mal, había risas de por medio, no había que arruinar el momento, la hora del castigo llegaría, pero por ahora era el momento de disfrutar...me acariciaba el rostro suavemente, y yo apenas y podía hablar, porque respirar se me había vuelto pesado y de mi garganta solo salían pequeños gruñidos y ronroneo...y mis ojos tan indispuestos a obedecerme, se giraban por si mismos mirando a mi derecha el ansiado premio, el cual al mismo tiempo me causaba algo de nervios: un dildo de 8 pulgadas, ahí estático junto al lubricante de chocolate...mi cuerpo entero deseaba ser tomado Por Mi Señora, mi cuerpo lo urgía, casi podía sentirla sobre mi, con Su cuerpo caliente contra mi piel sensibilizada.

Su voz suave, ordenes sencillas, la garganta seca, 20 segundos para frotarme contra Ella, para poder Sentirla cuanto yo quisiera...se hace imposible, la posición en la que me ha ordenado quedarme es totalmente hermética, me desespero y los segundos pasan inclementes y quiero llorar, deseo sentir mucho, deseo...deseo...cuando acabaron mis preciados 20 segundos debí retirarme lastimosamente de encima de Ella y volver a mi posición, con mi sexo húmedo y caliente y tragando grueso sin poder recordar como se respira...

Los juegos previos se mantuvieron un momento mas, nos mirábamos teniendo una conexión extraña, y los latidos de mi corazón retumbaban en mis oídos, podía sentir el olor de las hormonas en el aire, alrededor de las dos, podía sentir el olor de mi propio sexo, sentía el calor que se hacia presente en el cuarto, y me ordeno sentarme sobre ella pero sin llegar a tocarla, permitiendo que mi cuerpo le quedara expuesto para ser tocado y avergonzada me di cuenta que chorreaba (menos mal Mi Señora me había ordenado poner sobre la cama una bata para evitar los desastres que pudiera hacer)...nunca jamas había llegado a mojarme tanto como en ese momento, al punto de ver las gotas tortuosas caer de mi a la cama, cada cosa que veía, sentía, oía u olía me excitaba mas y mas, creo que llegue a un punto de completo extasis hormonal donde el mas mínimo roce me haría temblar.

Y así llego el momento.Sabíamos lo que venia tanto Mi Señora como yo lo deseábamos demasiado, expectantes desde el momento en que adquirimos ese dildo.

No se como describir mi experiencia, es difícil poner en palabras tantas sensaciones, tanto desespero, tanto pero tanto que se siente en escasos segundos, saber que ella usaba mi cuerpo como le placía, saber que sin embargo cada parte de mi quería ser tocada, lamida, arañada, mi cuerpo estaba deseoso y ni con todo el autocontrol del mundo un cerebro humano hubiese podido controlar las oleadas de excitación y de pasión. 

Mientras escribo y recuerdo lo sucedido anoche, vuelvo a excitarme y siento ganas de correr y tirarme a los pies de la cama a suplicar ser tomada nuevamente por Mi Señora, pero me encuentro en castidad y no puedo siquiera tocarme yo misma, aunque no es lo que pide mi cuerpo, ni aunque pudiese tratar de llevarme a mi misma a un orgasmo, mi piel pediría a gritos ser tocada por las manos de Mi Señora...La necesito con desespero, o enloqueceré....


Le amo y le deseo...Mi Señora.

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