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miércoles, 15 de mayo de 2013

¡Premios!

Anteriormente había escrito una entrada hablando de los castigos, de como los sumisos aprendían de sus malas conductas a través de un refuerzo negativo que le haga notar que lo que hizo estuvo mal, como cuando se castiga a un niño por romper descuidadamente un jarrón  o por correr en la casa y haber hecho algún desastre; hoy me ha gustado la idea de hablar sobre su contraparte: el refuerzo positivo, es decir, los premios que tan bondadosamente Mi Ama me da. 

Primero que nada hay que aclarar, porque seguramente hay personas que piensan que un premio es alguna bonificacion de valor monetaria, como un suéter nuevo, un lindo collar, o algo de ese estilo...un premio puede ser algo tan nimio para alguien que de afuera pueda verlo, pero tan grande para el sumiso como es que Su Señora le permita besarle los pies (para alguien como yo con un fetiche por los pies [solo por los pies de Mi Ama] eso es algo muy divertido, hermoso, agradable y perfecto).

El refuerzo positivo motiva al sumiso a hacer las cosas con el mayor esmero posible, e incluso pueden llegar veces (como últimamente me ha ocurrido a mi) que el mismo no se de cuenta de su potencial, hasta el momento en que Su Señora le dice "si lo haces bien, tendrás un premio", entonces es cuando me doy cuenta que soy capaz de hacer cosas que no pensé que podría.

Hasta ahora he recibido una cantidad de premios bastante grande, desde que fui tomada como posesión me he esmerado como nunca lo había hecho en mi vida, mi ritmo diario aumento, al igual que mis calificaciones, mi esmero en la facultad, he hecho con eficiencia cosas que siempre dejaba postergadas para ultimo dia y ahora esta todas mis cosas al día  mi memoria no me falla tan frecuentemente y suelo retener las cosas con mayor facilidad...en fin, mi vida mejoro notablemente. 

Mucho, mucho esfuerzo, aun poseo mi collar de entrenamiento, y espero con ansias y mucha intriga el día en que Mi Señora me ofrezca SU collar, aquel que me hará suya eternamente y marcada con Su nombre, ese que no puede ser quitado ni arrancando la piel, porque la posesión se encuentra dentro de los dos corazones, y es materializado en forma de collar...

Espero, y esperare mucho, mucho Mi Señora.

Le Amo. 




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